Hábitos de liderazgo: El diálogo y la profecía autocumplida

El efecto Pigmalión es un concepto ampliamente documentado en las temáticas de desarrollo personal.

De acuerdo con la mitología griega, un escultor llamada Pigmalión realizó una bella escultura de una mujer.

Se sintió tan inspirado por su creación que empezó a hablarle y tratarla como si fuera real.

Llegó a tal grado su fascinación que se enamoró de ella llamándola Galatea. La diosa Afrodita viendo la fuerza de su sentimiento y la belleza de la obra le dio vida a la estatua haciendo que la visión y expectativa de Pigmalión se hiciera realidad.

Este concepto aplicado a la vida personal y profesional es muy importante.

Las expectativas que tengamos sobre nosotros y sobre otras personas pueden primar nuestro comportamiento para que busquemos cumplirlas. Si alguien nos dice que confía en nosotros y que nos quiere ver ganar, es más fácil que nos motivemos sobre ese diálogo que si alguien nos dice que no espera nada de nosotros y que enfrentaremos una prueba casi imposible.

De forma más contemporánea se atribuye a Henry Ford la frase "Tanto si crees que puedes, como si crees que no, estás en lo cierto". Ese es el efecto Pigmalión en acción. Debemos tener cuidado de como nos hablamos y qué cosas nos decimos si queremos aprovechar la naturaleza de este concepto en nuestra vida. Joel Osteen, autor y pastor estadounidense dice en uno de sus mensajes por Youtube que usemos con cuidado el poder de la frase "Yo soy". De hecho tiene un libro llamado El poder del yo soy. Sobre esta idea, él comenta que lo que pongamos después de esa frase lo estaremos invitado a nuestra vida. Sea positiva o negativamente estaremos dando fuerza a esos conceptos o ideas.

Nuestras palabras tienen un gran poder no solo sobre otros sino también en lo más profundo de nuestra emoción y nuestro desempeño. Por eso, antes de una reunión importante o de un proyecto, visualicemos lo que queremos de manera positiva. E igualmente hablemos con nuestra mente y nuestra alma conceptos que nos impulsen. De esta forma, estaremos aumentando exponencialmente nuestras probabilidades de éxito.

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Imagen de Scott Webb en Pixabay