La vida se trata de intercambiar

Hace unas semanas mi amigo Daishi Murano decía a nuestros alumnos de prepa que a esta vida venimos a dejar algo, a dar algo a los demás. Si venimos a tomar solamente, nos perdemos de la oportunidad de trascender por medio de nuestras obras.

Me parece un recordatorio valioso sobre la necesidad de hacer de nuestra vida algo significativo. Tenemos un solo viaje como para no aprovecharlo a su máximo potencial.

Y ese aprovechamiento implica un concepto económico clave: El costo de oportunidad.

Si queremos una conversación valiosa con alguien, necesitamos tener atención plena. Esto implica el costo de minimizar o evitar nuestras distracciones. Es una decisión intencional el no ceder a aquellos estímulos que nos alejen de lo que queremos. En ese sentido coincido con la idea de Jorge Cantero de que la vida es una serie de intercambios.

Damos y recibiremos en la misma medida en la que nosotros ponemos recursos como nuestra atención, nuestro amor o nuestra inteligencia al servicio de un objetivo. Cuando intercambiamos estamos decidiendo. Si queremos un yo futuro orgulloso y satisfecho, sabremos que tal vez sacrificaremos algunos placeres a corto plazo del yo del presente.

Todo en la vida es dar y asumir con madurez los intercambios que de esta decisión deriven. Podemos elegir los intercambios para que estos sean un paquete de buenos resultados y consecuencias perdurables.

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