El concepto de la Ley del Tope de John Maxwell, autor de innumerables libros de liderazgo nos recuerda una lección fundamental para asegurar nuestra capacidad de impacto y trascendencia.
El líder que no crece por si mismo dejará de aportar valor.
Un líder que no crece, no tendrá la mejor capacidad de dirección.
No tendrá la claridad ni el olfato para aprovechar las megatendencias y definir un mejor rumbo de su empresa.
Un líder que no crece, no inspira a otros a crecer.
Con esa acción, diluye su influencia e incluso la vuelve negativa.
Un líder que no crece además da un ejemplo de conformismo y descuido que infectará a la cultura a largo plazo.
Un líder que no crece carecerá de credibilidad para hacer ajustes.
Será muy difícil para él que su equipo le siga por voluntad.
Así, el líder perderá los 3 elementos claves de su rol (dirección, influencia, ajuste) y su día a día limitará su potencial de transformación.
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Imagen de Daniel Dan outsideclick en Pixabay
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