Un líder siente verdadero dolor físico y anímico cuando no llegan los resultados a su empresa o unidad de negocios. El líder que ejerce toda su capacidad de dirección e influencia pone en cada conversación y decisión con su equipo la intensidad que solo podemos asociar con el dueño o el creador del producto. Y es que el líder sabe que solamente puede obtener los mejores resultados involucrándose, como dice Álvaro González Alorda, con cabeza, corazón y manos.
Un líder que trabaja con tal grado de emocionalidad contagia a su equipo. Es un líder auténtico y que exige con coherencia no solamente por ser responsable del resultado. Es muy seguro que ese líder esté presente en el campo con su equipo, en el fragor de la operación viviendo los valores de la empresa y sintiendo el pulso de los clientes.
Este grado de involucramiento es lo que necesitan equipos y empresas de clase mundial. Si el resultado no nos duele; es una señal de que no nos estamos involucrando lo suficiente. Y si no nos estamos involucrando, estamos sacrificando buena parte de nuestro potencial para inspirar a nuestro equipo. Es un asunto grave pues un equipo que se acostumbra a ser complaciente; a cumplir con lo mínimo, será un equipo que eventualmente sea rebasado por la realidad competitiva o por decisiones de negocio que traigan a gente que si le duela los resultados y se involucre con la intensidad requerida.
Un líder que se siente dueño transferirá ese sentimiento a su equipo de trabajo. Hará que cada uno se sienta dueño de su función, de sus cuentas corporativas. Los hará directores generales de esa porción del negocio no solamente para involucrarlos más. Les hará sentir que ese grado de involucramiento es también la clave para destacarse por medio de su marca personal. Y esto último es clave porque es real que son muy pocos los que abrazan con tal obsesión y energía su trabajo para que podamos calificar que se sienten dueños de su función. Esto es una gran oportunidad porque tanto empresas como líderes buscamos siempre a los talentos que tengan ese fuego para dar la milla extra por medio de ese sentido de pertenencia. Esos líderes no solo se dan a notar; son los candidatos naturales a conducir grandes iniciativas y a cosechar las mieles de su compromiso traducidas en éxitos y crecimiento.
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