En esta publicación quiero hacer una combinación de autores.
Hoy en la mañana escuchaba el resumen de un libro de Patrick Lencioni: The ideal team player.
Es un tema muy relevante tanto en lo individual como para cualquier líder de equipo.
Hace años leí la edición en español, Equipos ideales, y sus conceptos se quedaron conmigo de inmediato.
Creo que aunque el modelo de Lencioni es muy poderoso para buscar estos perfiles de alta contribución en los equipos, siempre hay características adicionales para enriquecerlo.
Particularmente me gustaría combinar el modelo de Lencioni con el de John Maxwell, con su libro, Las 17 cualidades esenciales de un jugador de equipo. Maxwell también es un gran autor en temas de liderazgo y su aporte es clave para identificar los mejores perfiles de colaboradores.
Lencioni habla de 3 grandes características del miembro ideal de un equipo: Humildad, Hambre y Empatía. Detrás de estas 3 características, creo que se pueden incluir atributos que Maxwell destaca en su obra. Por ejemplo:
La humildad se desarrolla de entrada con la adaptabilidad, la disciplina y la comunicación. Estos 3 atributos son señalados por Maxwell. La adaptabilidad permitirá que no nos aferremos a nuestro punto de vista. De esta forma seremos abiertos a otras perspectivas del equipo lo que generará colaboración y confianza, atributos que Maxwell también destaca como claves de un buen miembro de equipo. La disciplina de respetar los roles en el equipo y los procesos para saber cuánto y cómo se toman decisiones contribuirán a un buen clima.
El hambre que Lencioni menciona como atributo clave se nutre del entusiasmo, la orientación a la misión y la tenacidad que señala Maxwell. El hambre que aspira a un mayor logro, a un mayor crecimiento requiere el entusiasmo que siempre ve posibilidades antes que limitaciones. El hambre no se verá en quien no tenga claro su aporte al equipo, ya que eso es fundamental para mantener la alineación y el compromiso. Y sin duda, estos elementos generarán la tenacidad para sobreponerse a los momentos de mayor dificultad.
Y finalmente la empatía como pilar de un buen trabajo en equipo requiere colaboración, compromiso y el reconocer el valor de los demás. En muchos sentidos la empatía construye nuestra inteligencia social para lograr vínculos significativos dentro y fuera de la empresa. Si podemos conectar mejor con otros, lograremos más sinergias que nos lleven más rápido al resultado deseado. Y si conectamos mejor generando afinidad, será más fácil lograr el compromiso por convencimiento y no por designación que nos permita una mejor ejecución en cualquier proyecto.
De esta manera podemos tener un mejor marco de referencia para evaluar las competencias de nuestros miembros de equipo y trabajar en su desarrollo.
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Imagen de Keith Johnston en Pixabay
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