Esta semana leí y disfruté mucho El poder para cambiar de Craig Groeschel. Es el segundo libro que leo del autor y ya estoy pensando en el tercero: Gana la guerra en tu mente.
El mensaje del autor es muy inspirador en un tema tan importante como los hábitos. Y algo que rescato de su libro es que va más allá en el ciclo de hábitos que han descrito en su momento Charles Duhigg y James Clear. Particularmente me gusta que Craig desglosa la variedad de señales que nos pueden colocar en el inicio de un ciclo de hábitos. Si somos conscientes de estas señales podemos administrarlas para nuestro beneficio.
Podemos favorecer aquellas señales que nos hacen iniciar hábitos constructivos. Y de la misma forma podemos evitar o inhibir señales que nos pongan en el camino de hábitos que a largo plazo nos dañan.
Las señales en el ciclo de hábitos son piezas de información con las cuáles el cerebro inicia su maravillosa maquinaria sin pensarlo. Debemos entender que las señales se asocian a nuestros sentidos. Por eso las empresas invierten tanto en marcas que generen una experiencia no solo visual, sino auditiva, olfativa e incluso táctil.
Las señales se pueden asociar a:
Tiempo: Ciertas horas nos marcan ciertas conductas de manera natural. El punto clave aquí es saber si algunas de esas conductas son deseables o no. Y en esa medida asociar dichos tiempos con otras alternativas de acciones.
Lugares: Los lugares invitan por su atmósfera a acciones. Esto incluye nuestra oficina, nuestra alcoba. Si nuestro lugar tiene todo lo necesario para ejecutar un buen hábito, podremos estimularlo. Hay que influir en nuestro contexto inmediato.
Estados de ánimo: Nuestro temperamento genera anhelos que conducen a comportamientos. Si sabemos que al estar tristes tendremos el anhelo de comer sin control debemos alterar ese patrón. Podemos crear un "corto-circuito" al hacer que un anhelo derivado de nuestro sentir en ese momento se asocie con una conducta diferente.
Personas: Las personas como compañeros de responsabilidad son vitales para los hábitos. Por eso existe la sugerencia de hacer ejercicio en equipo. No queremos decepcionar a nuestro socio en el proyecto. Por eso igualmente debemos verificar si las personas que procuramos nos estimulan para nuestra mejora continua.
Momentos: Las circunstancias que se repiten en el trabajo o en el hogar pueden ser llaves a conductas que queremos o que no. Si sabemos que hay tensiones frecuentes y eso nos lleva a una conducta como la comida o bebida compulsiva, debemos buscar ayuda para modificar ese ciclo.
Podemos observar que entender el inicio de nuestros hábitos requiere una consciencia y un sentido de alerta que nos dará un gran retorno a largo plazo. Empecemos hoy a estudiar las señales de nuestras conductas automáticas para mejorarnos cada día.
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Imagen de Iqbal Nuril Anwar en Pixabay
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