Hace algunas publicaciones, compartí reflexiones sobre Las reglas del emperador, un gran libro de liderazgo. En esta ocasión quiero completar la lista de vicios que hay que evitar en nuestra vida y en nuestra carrera. Veamos junto con algunas ideas propias lo que el consejero le sugería al emperador Taizong:
Pereza
Este es un elemento muy peligroso que de la mano con la complacencia puede cerrar oportunidades.
Dicen que la fortuna premia a los valientes. Creo que también premia a los proactivos y a los que dan la milla extra. Los que esperan o simplemente carecen de sentido de urgencia por falta de propósito, no avanzarán todo lo que podrían.
No permitirse escuchar otras opiniones
Nadie por mucha experiencia o preparación que tenga tendrá el 100% de perspectiva sobre cada problema.
Creerse infalible y por lo tanto no escuchar a otros tiene muchas consecuencias indeseables.
Por un lado, minará la confianza del equipo en el líder. Además, generará soluciones que no alcanzarán todo su potencial de beneficio o de mitigación de riesgo. El no escuchar a otros es uno de los mayores peligros en el ejercicio de un liderazgo poco humilde.
Tolerar a los difamadores
En los imperios como en las empresas el poder de la cultura organizacional es muy notorio.
Un líder que permite a colaboradores que contaminan la cultura está plantando semillas de potenciales desastres. El líder debe favorecer que las decisiones se tomen con evidencia, nunca sobre supuestos o rumores.
El líder además debe permitir un diálogo transparente en sus equipos antes de conversaciones subterraneas que generen falta de cohesión y alineación en torno a los objetivos.
Premiar a los demás cuando estás feliz
Los siguientes dos vicios tienen que ver con el control de emociones del líder.
La euforia de un buen momento puede llevar al líder a sentar precedentes que no se puedan cumplir en cada ocasión. El líder debe disfrutar con el equipo triunfos y sin duda reconocer a los protagonistas.
Pero nunca debe comprometer la moderación para premiar con lo justo y siguiendo criterios que sean correctamente interpretados por el equipo.
Castigar a los demás al estar enfadado
Así como el vicio anterior, los momentos de molestia del líder no deben ser el contexto en el que tome decisiones importantes. Mencioné una palabra clave en el vicio anterior: Moderación. El líder debe procurar momentos de pausa y reflexión tranquila sobre todo para sancionar malos resultados o malas conductas. El imponer medidas correctivas jamás debe verse como un arrebato de temperamento.
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Imagen de YIYI Zhang en Pixabay
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