Una provocación del tiempo

Estoy leyendo Cuatro mil semanas: Gestión del tiempo para mortales de Oliver Burkeman.

El solo título ya es una llamada de atención muy poderosa para cualquiera.

Hace algunos semestres en una charla con alumnos de universidad mencioné que soy consciente que estoy estadísticamente en la segunda mitad de mi vida.

Tengo que ser más intencional con mis decisiones y el foco de mi atención para hacer cosas significativas y trascendentes.

Este título que estoy disfrutando nos recuerda el carácter finito de nuestro ciclo vital.

Nos invita a la consciencia de que siempre habrá cosas por hacer a las que debemos renunciar tranquilamente.

Cuatro mil semanas en promedio, poco más o poco menos es una llamada de atención valiosa y oportuna.

¿Estamos con las personas que más deseamos? ¿Estamos contribuyendo al mundo en la forma que más honra nuestros dones?

Este tipo de ideas me recuerdan la visión de Jeff Bezos sobre su toma de decisiones a largo plazo.

El fundador de Amazon hablaba de un marco de arrepentimiento.

Bezos se preguntaba si cuando llegue a los 80 años se habrá arrepentido de no haber hecho un proyecto o actividad que en ese momento llega a su mesa. Si la respuesta es positiva, entonces avanza en poner en marcha ese proyecto sin duda. Al final, en caso de que no resulte es una decisión tipo 2, como él suele llamarle: Una decisión que se puede revertir y reorientar en caso de que no funcione.

El punto clave es llegar al final del ciclo vital sabiendo que cada minuto, o la mayoría de nuestro tiempo fue utilizado de manera sabia y en servicio a aprovechar al máximo nuestro viaje. De esta manera habremos escuchado y acompañado a nuestra esencia a manifestar todos los regalos que podíamos dar al mundo.

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