Tempus Fugit: El reto del tiempo

La vida es corta, pero cada minuto vivido con intención cumple su destino y termina su viaje con satisfacción.

Cada minuto sujeto a distracciones o sin objetivos muere desaprovechado y triste.

Tempus Fugit decían en la antigüedad.

El tiempo vuela de manera inevitable.

Tenemos a cada momento una única oportunidad de hacer lo correcto, lo más valioso.

Hagamos lo necesario para conocernos,

para superarnos,

para aprender,

para servir,

para siempre crecer más allá de cualquier prueba.

Tempus Fugit es una advertencia real y valiosa.

El tiempo viaja de manera implacable

y en su camino borra lo bueno y lo malo.

Por eso no hay que anclarnos en los sinsabores, en las experiencias difíciles, pues nos robarán el tiempo que podríamos usar para avanzar y aprender.

Observa, reflexiona y crece.

Observa y mejórate, pero sigue adelante para que en la carrera del tiempo vayas a la par de tus mejores momentos.

Sigue haciendo tu obra maestra.

Sigue haciendo lo más valioso que tienes.

Así, al final de tu tiempo no dejarás lo más esencial como algo pendiente.

Tu obra espera, y morir sin legado es un castigo irreparable para un viaje que pudo ser significativo y memorable.

Tu obra espera para servir a otro, para dejar algo valioso que viva más allá de ti.

Que tu obra construida a cada momento recuerde tu foco en vivir con valor y al máximo tus sueños, tus capacidades y tus valores.

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