Preguntar o declarar
- Miguel Angel Cardona
- 18 jun
- 1 Min. de lectura
A lo largo de las publicaciones en el blog, he tocado en muchas ocasiones el valor de preguntar.
Preguntar pone a nuestra mente en modo explorador.
Como tenemos curiosidad por entender, estamos abiertos a las perspectivas de los demás así como al flujo de los eventos.
Preguntar apaga temporalmente nuestra posición de juicio. Esto nos permite ampliar nuestras opciones con más información valiosa. Preguntar también nos permite conectar mejor con otros. Al preguntar le estamos diciendo a nuestro interlocutor: "Me interesa tu opinión… quiero aprender de ti".
Mientras preguntar es una llave a nuevos conocimientos y relaciones, declarar puede ser un freno a oportunidades. Declarar es necesario para ejecutar una decisión.
Ponemos un rumbo claro a la vista de todos. Con una declaración nos ponemos manos a la obra. El punto clave es que no tengamos solo declaraciones, porque acallaremos las ideas. Si solo declaramos sin escuchar, apagaremos las potenciales alertas ante un riesgo.
Si solo declaramos, pareceremos autoritarios e inaccesibles. La gente tenderá a trabajar menos en equipo con nosotros. Por lo tanto, debemos buscar un sano balance. Las mejores declaraciones se construirán con un sólido proceso de preguntas previas.
Con una mayor perspectiva en cada conversación a través de la curiosidad, seremos mejores guías para marcar el rumbo.
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