Hace bastante tiempo, en una cafetería me explicaban el valor de tener las tazas tibias sobre la máquina de café para mejorar el producto final. Una taza tibia mantiene la temperatura óptima del café por más tiempo. Pero como usuarios pocas veces lo notamos pues ya recibimos la bebida debidamente servida y presentada.
Este fin de semana pude apreciar ese detalle con plena consciencia. En un restaurante antes de servirme café, me trajeron la taza tibia. De inmediato mi tacto reaccionó a esa sorpresa. No se cuántos minutos más el café se mantuvo en su temperatura ideal. No se en que grado la temperatura de la taza exaltó las cualidades de la bebida. Pero se que notar esa taza tibia antes de recibir mi bebida me hizo valorar y agradecer la atención a los detalles de ese restaurante.
Si algo en apariencia pequeño es tenido en la máxima cuenta; puedo esperar que otros aspectos sean manejados con el mismo compromiso. Cuando me di cuenta que el restaurante estaba casi lleno por la mañana; las mesas limpias; un servicio muy cercano y de respuesta rápida, no pude más que confirmar porque el restaurante estaba teniendo una gran jornada.
Y estoy seguro que esa afluencia de clientes y un ambiente de cordialidad que invita a departir no es casualidad. Estoy casi seguro que ese restaurante normalmente se ve así a lo largo de la semana. Porque los detalles cuidados hablan con voz fuerte al cliente diciéndole: "Me importas". Y eso es la base de la mejor y más sostenible diferenciación.
Cadena de publicación 180/220
コメント