Xesco Espar, entrenador deportivo, profesor y autor da una gran lección para maximizar nuestro impacto. En una conferencia para BBVA que pueden ver en este enlace (https://bit.ly/XescoEsparRendimiento) comparte una idea fácil de recordar sobre como tener el mejor rendimiento.
Para este desarrollador de líderes; el rendimiento es la multiplicación del talento por la motivación. Creo que estas tres palabras juntas son una sinergia natural. Pero la simplicidad no debe engañarnos. Podemos analizar un poco sus alcances para valorar esta fórmula y ponerla en práctica.
Si el rendimiento dependiera solo del talento; sin duda sería algo digno de reconocimiento. Todos querríamos aprender de quien tiene un mayor grado de maestría sobre una tarea. Incluso la aplicación del conocimiento puede ser documentada para formular un procedimiento replicable y fácil de transmitir. Sin duda el talento es una condición fundamental para generar rendimiento que lleve al logro de objetivos.
Pero al rendimiento le faltaría motivación que se asocia con nuestro propósito; con aquello que nos mueve a ser más, a dar más, a resistir más. La motivación del ejecutante o del fundador inspira. La motivación modela por medio del ejemplo. Y en los momentos de crisis la motivación levanta la moral del equipo. En los momentos de crisis la creencia del líder o del fundador en el valor de sus ideas genera compromiso para ser resilientes.
Por lo anterior, al unir talento y motivación tenemos una receta que multiplica su alcance y su magnitud. La motivación puede servir para desarrollar talento con una mayor hambre. El talento compartido puede reforzar la motivación a través de la creciente confianza. Entre más de la mano veamos a estos conceptos interactuando, estaremos acelerando a nuestros equipos y organizaciones para hacerlos no solo más competitivos, sino más valiosos ante el mercado y más sustentables.
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Imagen de Fabio Marciano en Pixabay
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