La autodisciplina es un viaje para toda la vida.
Entre más avancemos y nos comprometamos con este concepto, tendremos una mayor maestría sobre nuestras actividades.
Pero, debemos ser conscientes que nunca llegaremos a destino.
Debemos aspirar a mantenernos en una senda de mejora continua.
Para ello, debemos evitar el detenernos.
Esto significaría reducir nuestro progreso e impactar nuestra autoestima.
Debemos acostumbrarnos a los premios de la disciplina.
Aunque toma más tiempo obtenerlos, su fruto es más dulce y perdurable.
Debemos buscar los premios de la disciplina trabajando siempre en cada uno de nosotros.
Estos premios que nos construyen a largo plazo, son los que más generarán orgullo y un legado positivo.
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Imagen de MIGUEL ANGEL CASTELAN en Pixabay
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