La voluntad se puede transmitir con el ejemplo personal.
La voluntad se puede compartir por medio de conceptos y reflexiones inspiradoras.
Pero la única voluntad que podemos gobernar es la nuestra.
Aún así, para que nuestra voluntad sea nuestra mejor aliada; debe estar conectada con nuestras mayores motivaciones y sueños.
La voluntad sin la vocación; sin entender el por qué se deben hacer las cosas, no durará mucho.
La voluntad debe ejercitarse todos los días para hacerla más fuerte, más resistente a las pruebas.
Y que mejor que templar la voluntad desde la juventud.
Los estudiantes pueden valorar la fuerza de su voluntad en su constancia para lograr sus metas. Cuando un estudiante entiende que sus esfuerzos en la clase no son solo por complacer a sus padres o atender las instrucciones de un profesor, entonces su voluntad se hace más consciente.
Hoy los estudiantes enfrentan el reto de revelar esa voluntad y apalancarse de ella para superar otras pruebas. Entre ella, los jóvenes al igual que cualquiera de nosotros enfrentan complejidades en su hogar, en sus relaciones. Sin una voluntad firme como un norte que los guie es muy fácil ceder ante las pruebas y perder el rumbo.
La voluntad debe ser parte de nuestras prioridades de desarrollo personal. Debe alimentarse con nuestras ideas y con la visión de poder ser una mejor persona, alguien que logre más. De esa manera, estudiantes o adultos podremos fortalecer este músculo anímico y emocional.
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