Valorar el tiempo extra

Entre mis lecturas favoritas de los últimos 5 años están los textos que explican e invitan a conocer el estoicismo. Esta escuela filosófica da lecciones de gran valor práctico por medio de personajes accesibles que marcaron la vida de la civilización antigua. Entre los autores que más me gustan en esta filosofía está Séneca, que fue consejero del emperador en Roma.

Entre sus muchas lecciones, hay una que particularmente me impactó. Séneca recomendaba llegar a la noche con la consciencia que al dormir terminaría nuestra vida. De esta forma, al despertar en la mañana sabríamos que se nos habría dado una nueva oportunidad. Es un tiempo extra valioso y único pues no sabemos cuánto durará en realidad. Si abordamos cada jornada con esa humildad al ser conscientes de nuestro carácter efímero, seremos más selectivos y enfocados en nuestras acciones. Sabremos elegir mejor en qué personas y tareas poner nuestra máxima energía.

La vida es muy bella por sus pruebas, por los que amamos, y por cada experiencia. Pero es muy corta si no sabemos aprovecharla teniendo por meta que cada momento nos construya, y nos permita construir a otros para bien. Por eso, es fundamental vivir al máximo cada día no solo en la intensidad de nuestras actividades sino en la consciencia de que estamos haciendo lo que más genera valor para dejar una huella imborrable en nuestro viaje.

Cadena de publicación 191/268

Imagen de Estefano Burmistrov en Pixabay