Entre múltiples autores de productividad personal he encontrado una idea consistente: Trabajar siempre con un límite de tiempo. Es de alguna forma un juego para motivarte a ser más enfocado, más veloz y más efectivo. También el tiempo acotado nos ayuda a terminar un pico de productividad y dar un espacio de renovación para la mente y el cuerpo. Debemos recordar que como muchos ciclos de la naturaleza trabajamos en picos y valles. El máximo ritmo de desempeño y concentración no puede mantenerse indefinidamente en máquinas, mucho menos en seres vivos.
Por eso se popularizó una metodología de tiempo llamada trabajar en pomodoros (tomates en italiano). Un pomodoro significa trabajar en lapsos de 25 minutos enfocados y 5 minutos de descanso. Después de 4 ciclos se puede tomar un descanso mayor de 15 minutos. El principio no tiene porque ser una camisa de fuerza. Se puede probar un lapso de trabajo enfocado de 35, 50 o 90 minutos y luego tomar un descanso. De esta forma iremos encontrando nuestra cadencia para estimular nuestra productividad. Y de la misma forma otras actividades como la lectura, el ejercicio e incluso el descanso podría ser sujeto de tiempo para hacernos conscientes de su valor. De esta manera podremos disfrutar estos espacios más.
Así que; ¿Cómo empezarás a ejercitarte contrarreloj?
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Foto de Sonja Langford en Unsplash
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