Cuando decimos que haremos las cosas "cuando tengamos tiempo libre", en estricto sentido nos estamos engañando. Con la consciencia de que cada jornada tiene 1,440 minutos inamovibles para todo el mundo; debemos entender que nuestras prioridades se realizan cuando les asignamos tiempo. Cuando priorizamos el descanso sobre el placer no enfocado, estamos apostando por despertar energizados y listos para una jornada. Cuando priorizamos un avance constante de un proyecto sobre tiempo con nuestra familia, estamos programando en el futuro un stress menor y un logro que tendrá efectos a largo plazo.
No hay receta ideal sobre que prioridades son las mejores. Creo que es algo completamente situacional e incluso alineado con nuestros valores. Sin embargo, si vale la pena reflexionar sobre el horizonte 1 y el horizonte 2 de cada decisión. Tim Ferriss, experto en productividad, y otros autores del tema incluso usan la cita "Alternativas fáciles, vida difícil; alternativas difíciles, vida fácil". Creo que nos recuerdan que no debemos ir en piloto automático al elegir una actividad en lo profesional o personal. Cada decisión tiene un costo de oportunidad. Nuestra labor como dueños de nuestro proyecto de vida es valorar y comprometernos con esas implicaciones sabiendo que estamos siguiendo nuestro verdadero norte.
Así que, te invito a que seamos celosos en siempre programar nuestro tiempo para que así aseguremos que estamos apartando nuestra atención y recursos para aquello que realmente valoramos.
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Foto de Amin Hasani en Unsplash
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