Para quienes estamos en actividades de ventas frente a clientes, todos los detalles son importantes.
Nuestro mensaje tendrá más o menos fuerza en función de nuestra apariencia.
Nuestra apariencia empatará o hará corto circuito con la identidad o valores de nuestra empresa.
Y sin duda, nuestros comportamientos serán amplificadores para lograr u obstaculizar nuestro avance.
Hace varios años escribí en mis primeros diarios algunos básicos de lo que Brian Tracy, experto en liderazgo, toma en cuenta para tener una identidad de ventas poderosa y confiable. Los elementos toman en cuenta tanto lo personal como lo empresarial de la siguiente manera:
Imagen comercial exitosa - Elementos de control individual:
Ropa
Arreglo y apariencia
Accesorios
Actitud
Lenguaje
Imagen comercial exitosa - Elementos de control institucional:
Reputación empresarial
Testimoniales de clientes
Materiales de venta
Procesos
Todos los elementos individuales constituyen la mejor o la peor impresión en un encuentro con clientes.
Si bien los elementos institucionales no dependen de nosotros al 100%, si está en nuestro control detectar oportunidades y riesgos. Si está en nosotros conocer al máximo los mensajes clave y exaltarlos de forma más efectiva. Y si está en nosotros provocar que nuestra empresa tenga mejor reputación y testimoniales por la forma en la que tratamos a nuestros clientes.
Así que en muchos sentidos, somos cada uno no solo los embajadores, sino los constructores reales del valor de las marcas que representamos.
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Imagen de Renee Olmsted en Pixabay
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