Elegimos cuánto drama queremos en nuestra vida.
Elegimos cuánto queremos avanzar o retrasarnos en el logro de nuestras metas.
Elegimos que tan enfocados o dispersos queremos estar en cada interacción.
Elegimos aunque pensemos que actuamos en piloto automático; ya que nuestros hábitos más arraigados son también elecciones que fuimos fijando en nuestras mentes sin un proceso de depuración.
Elegimos que tanto queremos cuidar o desgastar nuestra salud en función de nuestras reacciones.
Elegimos con que tipo de emociones queremos alimentar nuestra mente y nuestra alma en función de lo que leemos y escuchamos.
Elegimos anclarnos en pasados agravios o seguir adelante para encontrar cosas mejores.
Elegimos ver belleza en el mundo o tinieblas que alimenten nuestros miedos.
Siempre estamos eligiendo. Debemos ser conscientes de ese poder y ejercerlo con responsabilidad por el bien de nosotros y de quienes nos rodean.
Cadena de publicación 485 / 621
Imagen de Robbert Nooijen en Pixabay
Comments