Cada uno de nosotros somos conscientes de nuestro paso temporal por este planeta. Sabemos que nuestro tiempo limitado debe ser lo mejor aprovechado porque además no sabemos la fecha exacta de conclusión de nuestro viaje. Por ello debemos sentir la urgencia de no solamente ser sujetos de las circunstancias que nos rodean. La magia de nuestro pensamiento es la principal herramienta para que seamos autores de nuestra vida. Y como los grandes artistas, si queremos que nuestra luz inspire a otros y así dibujar un mundo más bello que el que recibimos al nacer, tenemos la responsabilidad de crear de forma constante y significativa.
Creamos con nuestras manos tanto como creamos con nuestras palabras, con nuestras ideas. Y vale la pena crear documentando esos destellos de nuestros valores y experiencias. El acto de crear nos ayuda a ser una mejor versión de nosotros. Y nos ayuda también a valorar nuestro progreso en este viaje de la vida al miras hacia atrás el legado que vamos construyendo. Por eso crear es un acto natural de crecimiento. Y debemos abrazarlo con todo el entusiasmo ya que si creamos y crecemos significa que estamos viviendo a plenitud la oportunidad del tiempo que se nos regala en este planeta.
Creemos constantemente y compartamos nuestro legado para crecer más allá de nuestro tiempo y de nuestra geografía.
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Foto de Alice Dietrich en Unsplash
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