La física no se equivoca. La inercia es una de las grandes palancas para impulsar personas o equipos. Pero también puede ser una gran barrera si nos dejamos detener por la rutina o la duda.
Una vez que empiezas a crear contenido, a crear lecciones, la mente empieza a fluir con ideas de manera más constante. De esa forma quiere ayudarte a que sigas algo que te estimula y que genera buen impacto.
Una vez que empiezas a hacer ejercicio y cuidar tu alimentación, el cuerpo se acostumbra de manera creciente a un hábito multiplicador de energía. Incluso el cuerpo reclama con dolor y malestar cuando se rompe la cadena de progreso en este hábito.
Respetemos y valoremos el poder de la inercia. Hagámosla nuestra aliada por medio de aquellos hábitos que nos construyan en impacto positivo y en trascendencia.
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Foto de Sunder Muthukumaran en Unsplash
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