En varios videos he escuchado esta cita a Ryan Holiday: "El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente". El autor usa esta cita como reflexión respecto al emperador Marco Aurelio. El emperador, el hombre más poderoso del mundo en aquel momento, se mantenía en equilibrio de sus emociones y sus decisiones por medio de la escritura y la reflexión consciente.
El emperador incluso compartió el poder con su hermano al momento de ser coronado. Perdonó a uno de sus generales más cercanos por intentar derrocarlo. En todo momento y teniendo la facultad para ejercer cualquier decisión, el emperador filósofo se distinguía por el criterio con el que se condujo con sus súbditos y su equipo más cercano.
Creo que esta es una reflexión importante para cualquier persona. En más de una oportunidad tendremos la oportunidad de ejercer poder e influencia. Seremos líderes en nuestras familias o en nuestro trabajo. Tendremos gente que dependerá de nuestras decisiones para crecer o para procurar el sustento a sus familias. Esta responsabilidad nos debe llevar a pensar seriamente en el impacto de nuestras decisiones.
Un buen líder construye con la razón y la visión a futuro, tanto como puede destruir si se deja llevar solo por la emoción y sus instintos más básicos. El tener poder no significa un permiso para actuar de manera indiscriminada y privilegiando solamente nuestro interés. El tener poder es una oportunidad única para formar mejores líderes y crear mejores relaciones en nuestra familia y en nuestro trabajo. Debemos tener los momentos de reflexión y de reto por parte de nuestro equipo para valorar como usamos el poder. De esa manera evitaremos que los riesgos del poder se conviertan en el veneno a nuestras acciones y a nuestra reputación de manera permanente.
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Imagen de Alana Jordan en Pixabay
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