Sin pruebas que afrontar o pesos que cargar no desarrollaríamos fuerza y resistencia.
Un reto nos da la oportunidad de conocernos y de probar cuánto queremos avanzar hacia nuevos niveles de desarrollo.
Abrazar los retos significa tener la disposición a encontrar nuevos límites en nuestro carácter y capacidades.
Abrazar los retos significa templar nuestro valor ante la incertidumbre o la incomodidad. La maestría sobre nuestro cuerpo, sobre nuestras reacciones, se obtiene solamente al probar situaciones límite. Y si en ese momento seguimos exigiendo a nuestro cuerpo y mente, los acostumbraremos a darnos un poco más magnificando nuestro crecimiento.
Abrazar los retos mantiene nuestra mente alerta y nuestra alma siempre aspirando a más. Por eso, vale la pena ir de frente hacia las pruebas sabiendo que cada incomodidad en realidad está acrecentando nuestra perseverancia y voluntad.
Cadena de publicación 203/282
Imagen de Mike Foster en Pixabay
Comentarios