Los estoicos nos recuerdan con la frase en latín Memento mori, que nuestro tiempo en esta vida es finito. Desde el emperador Marco Aurelio hasta Séneca, estos exponentes de la filosofía antigua nos invitan a aprovechar al máximo nuestro viaje en cada una de nuestras acciones. Si queremos honrar sus valiosas lecciones; podemos hacer algunas de estas cosas:
No invertir tiempo en discusiones sin sentido. Si un tema no sirve a nuestros objetivos personales o de nuestra organización, hay que cuestionarnos con la lección del emperador Marco Aurelio: ¿Es realmente esencial que tratemos esto?
No dejarnos llevar por nuestro día sin un plan. Vivir sin intención u objetivos nos hará perder de vista lo más valioso para nosotros. E igualmente nos restará la posibilidad de estar concentrados al máximo en la tarea para hacerla con nuestro mejor desempeño.
Invertir nuestro tiempo y energía en dejar huellas positivas donde quiera que vayamos. Si sabemos que cualquier momento puede ser el último que intercambiemos con una persona, podemos preguntarnos: ¿Qué es lo que quiero dejar en esta conversación como algo valioso, como algo que sea digno de ser recordado? De esta forma nos concentraremos en generar experiencias que demuestren lo mejor de nuestra naturaleza y carácter.
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Imagen de akbaranifsolo en Pixabay
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