Esta semana reflexionaba sobre algunos conceptos que integran la definición de liderazgo. Podemos hablar en específico de conocimientos, capacidades o rasgos de carácter como pilares para tener a una persona con un alto nivel de liderazgo. Particularmente me gustaría enfocarme en algunas acciones que caracterizan el liderazgo para complementar la perspectiva individual que tengamos sobre este tema:
Para mí, liderazgo es tomar la estafeta para asegurar el progreso de un equipo cuándo sus miembros se han paralizado. Significa dar un paso al frente para reencender la inercia positiva que se requiere al mostrar el camino y la forma de recorrerlo.
Igualmente, el liderazgo conlleva mostrarse siempre enfocado en el avance de las metas de la mano con el clima organizacional en el equipo. Este balance es necesario porque el líder debe recordar que trabaja por y a través de las personas. Si quiere amplificar su impacto tiene que inspirar, alinear y convocar las voluntades de otros para alcanzar el mejor desempeño.
Estas dos definiciones me llevan a reflexionar sobre elementos que el líder siempre tiene en mente. Prácticamente son una triada indivisible. El líder requiere un ciclo de pensamiento para entender la realidad. Después requiere la decisión para comprometerse con un rumbo claro y coherente con lo que vive el equipo y la empresa. Finalmente, el líder deberá hacer realidad estos dos elementos por medio de la acción consistente y monitoreada para mantenerse en el curso definido.
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Imagen de Mohamed Nuzrath en Pixabay