Como compartía en un post anterior, estoy encontrando muchas joyas de conocimiento y reflexión en Las reglas del emperador. En uno de sus capítulos, se explica la clasificación que hizo uno de sus ministros sobre los buenos y los malos funcionarios del gobierno. Creo que los principios ahí señalados son más que pertinentes para el mundo de trabajo actual e incluso para la vida. Permíteme repasados y compartirte mis perspectivas:
Atributos deseables por su valor e impacto
Capacidad de ver señales de próximos acontecimientos: Un colaborador que es proactivo y curioso para entender mejor la realidad siempre será de gran valor para capitalizar oportunidades o mitigar riesgos.
Asertividad: Simple y llanamente necesitamos decir lo que es necesario en el momento oportuno, no pensando en nosotros sino en la organización. El poner intereses mayores al frente de nuestras decisiones para exponer incluso lo desagradable ayuda a equipos y organizaciones a crecer.
Esfuerzo consistente: Las organizaciones no queremos resultados de una sola vez. Aquellos que diariamente fortalecen sus hábitos para ser más efectivos son los futuros líderes de cualquier organización.
Institucionalidad y ética: Todo líder que quiera trascender valora al colaborador que cuida las normas. El conducirse cuidando la reputación corporativa y personal es una fuente de inspiración y de seguridad para clientes y equipos.
Atributos indeseables en todo momento o lugar
Pereza y sumisión: Es más fácil rendirse que perseverar. Aquellos que renuncian al mínimo golpe de los retos no llegarán muy lejos en las organizaciones.
Complacencia incondicional: Decir si al líder habla de compromiso y alineación. Pero decir si incluso con evidencia de que es el camino incorrecto habla de falta de criterio y carácter. Necesitamos la voluntad de cuestionar cuando así es pertinente.
Trampa: Si ocultamos nuestros errores a costa del perjuicio a alguien más estamos envenenando a nuestro equipo y a nuestra empresa. El intrigar, el tener la lengua ligera para criticar en vez de construir siempre será un gesto a evitar.
Negligencia intencional: Las empresas y equipos de clase mundial no pueden soportar por mucho tiempo a quien es descuidado conscientemente. El atender y asegurar los pequeños detalles es la marca del compromiso y la calidad que se oponen por completo a este concepto.
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Imagen de thatsphotography en Pixabay
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