Tus pensamientos modelan tu lenguaje.
Tu lenguaje determinará en alto grado la percepción que los demás tengan de ti.
En ese sentido, tu lenguaje modela tus relaciones ampliando o contrayendo tu red.
Tu lenguaje será una parte clave de tu comportamiento.
Tus acciones y reacciones te alejarán o te acercarán a tus metas.
De esta forma, desde el pensamiento en nuestro interior hasta lo que dejamos ver a otros, nuestras decisiones cotidianas se construye o se fractura nuestra reputación.
Cada día podemos ganar puntos pero con la misma velocidad podemos perderlos.
Y un fallo en reputación puede ser una fractura permanente que afecte tu carrera.
No podemos tomar a la ligera la marca que queremos que otros vean en nosotros.
Si no manejamos nuestra reputación, las percepciones e interpretaciones de otros limitarán nuestro crecimiento.
Cada día debemos comunicar lo que queremos proyectar que sirva a nuestros objetivos.
Cada día debemos diseñar y ajustar los mensajes que muestren lo mejor de nosotros: Nuestros valores, hábitos y criterios para resolver problemas.
Solo construyendo conscientemente nuestra reputación haremos realidad el camino de nuestros sueños.
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