Un gran amigo e invitado de mi próximo libro me dio un gran consejo para los jóvenes: Observa lo que hacías de niño. La vocación se anida en el corazón de forma bastante natural y a veces dejamos de lado esa voz. Cuando reconectamos con ella, podemos entendernos mejor por medio de nuestras motivaciones y talentos.
Mi gran amigo y mentor, descubrió cuando era niño un desarmador. Y aprendió a usarlo. Esa sencilla herramienta se volvió una puerta para explorar el mundo de la electrónica desde que era muy joven. Ese evento marcó su gusto por la ingeniería que eventualmente lo haría un experto en electromecánica y en mecatrónica. Todo lo que pudo, lo desarmó para entender como funcionaban dichos dispositivos.
¿Qué te marcaba cuando eras niño? ¿Cómo te destacabas de los demás al hacer cosas con total naturalidad? El consejo de mi amigo me remontó a la primera "clase" que impartí cuando tenía 6 o 7 años. Mi madre me contó que me llevaron a un salón de secundaria a hablar sobre los animales. Siempre me gustó ser comunicador. Siempre me gustó estudiar. Ahora no me sorprende el tener el gusto de compartir conocimientos, primero artes marciales y después temas de negocios. Y no me sorprende que esa misma habilidad y rasgo me haya servido para ser comercial en el sector turismo.
Y si me lo preguntan, creo que esta idea me está guiando para seguir esa voz de mi carrera que me ayude a servir mejor a los demás por medio de canales como este. Así que, ahí tienes otra idea para encontrar tu mejor rumbo.
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