La semana pasada platiqué con nuestros alumnos de profesional. Repasamos lo que considero son 3 pilares de la identidad que queremos proyectar sobre cada uno de nosotros. Lo que pongamos en cada uno de estos elementos en término de contenido y la forma de mostrarlo determinará nuestro impacto.
El primer elemento es nuestro curriculum vitae. Podríamos pensar que este resumen profesional está en desuso. Sin embargo, creo que es muy importante como una versión compacta de nuestros logros y capacidades. Por su naturaleza y algunas reglas de los expertos en talento como no exceder 2 páginas; el curriculum debemos verlo como una herramienta para abrir conversaciones. Ante la presencia de bolsas de trabajo de gran alcance como Glassdoor; debemos tenerlo siempre actualizado y destacando aquellas características que son más relevantes a la industria en la que nos encontramos. Esto quiere decir también que podemos desarrollar diferentes versiones si nos hemos movido entre diversos sectores productivos o áreas funcionales. Con la movilidad laboral que la actual generación tiene, no sería raro que puedan tener 3 o 4 versiones después de algunos años de trabajo.
El segundo elemento es nuestra presencia en Linkedin; el mayor escaparate profesional en el mundo digital. Esta red social es el complemento clave a nuestro curriculum ya que aquí si podemos extendernos en términos de contenido. La posibilidad de tener junto con nuestro historial definición de aptitudes que pueden validar nuestros contactos es particularmente importante. Otro elemento clave que destaca más un perfil en Linkedin es sin duda la sección de recomendaciones. Vale la pena construir una red de contactos tanto para emitir recomendaciones como para solicitarlas. De esta manera una empresa que vea nuestro perfil puede encontrar en estos elementos testimonios verificables de nuestro desempeño. Tanto en el curriculum como en Linkedin, no debo dejar de mencionar que tener versión en inglés de nuestro perfil es indispensable para tener más exposición.
El tercer elemento es nuestra elección consciente de protocolo digital. Los temas que tratemos en nuestras redes sociales o paginas personales así como el tono en que los abordemos dice mucho de nosotros. Ser una voz crítica y que solamente vea los puntos negativos sin proponer respuestas a un problema genera alertas. Ser alguien que coloca en nuestras redes fotografías de momentos personales que podrían ser interpretadas de manera negativa por un potencial empleador es un descuido importante. Recordemos que en el momento que publicamos algo, independientemente de los filtros de privacidad de la red, el contenido deja de ser nuestro. Podrá llegar a lugares y personas que no nos imaginamos. Por eso el filtro más sencillo para gestionar nuestra marca en la red es una pregunta. ¿Nos sentiremos orgullosos de que otra persona o un ser querido lea o vea este contenido?
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Foto de Shahadat Rahman en Unsplash
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