Un buen día 2
- Miguel Angel Cardona
- 4 dic 2023
- 1 Min. de lectura
Siguiendo con el proceso de autoevaluación de nuestra jornada, también podemos tomar una postura de revisión sobre el impacto de nuestras acciones. La vida como comenté en otra publicación construye de manera consciente o inconsciente un legado de nuestro nombre en los demás. Si queremos que este legado responda a nuestros planes y prioridades, podemos evaluar nuestras acciones en función de alguna de las siguientes preguntas:
¿A cuántas personas y cómo las ayudé?
¿Cómo hice sentir escuchado y valorado a alguien?
¿Cómo enseñé algo nuevo para ayudar al crecimiento de otros?
¿Cómo practiqué el valor y la asertividad para decirle a alguien algo no agradable pero necesario?
¿Cómo di ejemplo a otros de los valores organizacionales que debemos representar?
¿Cómo ayudé a alguien a ampliar sus perspectivas sobre un problema?
¿Con cuántas personas y cómo conecté para expresarles mi afecto?
Así como la publicación anterior nos permitía estudiar la demostración de nuestros valores; estas preguntas nos permiten valorar el fruto de nuestras acciones en los demás. No debemos olvidar que todo lo que hacemos tiene un efecto de onda sobre el mundo. Podemos y debemos ser conscientes del tipo de efecto que queremos causar. Nuestras acciones pueden ser fruto de más bondad, más entendimiento, de más innovación si así las diseñamos desde nuestras mentes.
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Imagen de Robert Owen-Wahl en Pixabay
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