Una de las sugerencias estoicas para crecer con mayor consciencia es hacer una reflexión al final de nuestra jornada. El entender lo que hicimos y como reaccionamos favorece nuestro aprendizaje. Creo que una de las forma de evaluar nuestro día es compararlo respecto a la identidad que nos hemos comprometido a tener. Esta identidad se define por las conductas o valores que queremos demostrar. Con base a esta idea, puedo sugerir algunas preguntas para esta reflexión:
¿Cómo demostramos autocontrol?
¿Cómo demostramos disciplina?
¿Cómo demostramos orientación hacia nuestros objetivos?
¿Cómo demostramos espíritu de servicio?
¿Cómo demostramos humildad y apertura a aprender?
¿Cómo demostramos tolerancia a las opiniones distintas a las nuestras?
¿Cómo demostramos pensamiento crítico y capacidad de análisis?
¿Cómo demostramos adaptabilidad?
Podemos seguir la lista de preguntas, pero lo importante es que cada uno seamos los dueños de nuestra propia lista. En función de nuestros valores gobernantes debemos verificar como los estamos viviendo. Cuando veamos que un cierto valor no se está manifestando, debemos evaluar si sigue siendo relevante o si tengo que revisar la coherencia de mis conductas.
En la medida que revisemos nuestra jornada provocaremos una mayor mejora en nuestras actividades y una mayor consistencia de nuestra marca personal en quienes nos rodean.
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Imagen de Arek Socha en Pixabay
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