Una palabra clave en los negocios es SEGUIMIENTO.
Una vez que se implementa un plan, necesitamos asegurar que en la realidad se lleve a cabo conforme fue diseñado. Si se harán cambios sobre el plan, estos deberían ser para acelerar u optimizar recursos.
Para lograr ese seguimiento efectivo y tener capacidad de respuesta al entorno hay múltiples marcos conceptuales a elegir. Particularmente me gusta la metodología utilizada por las fuerzas armadas de Estados Unidos. De acuerdo a libros que han documentado los procesos operativos de las unidades de élite SEAL, siempre hay una serie de preguntas al terminar la misión para aprender y mejorar de cara a próximas operaciones.
Estas preguntas se conocen como After Action Review (Revisión después de la acción) y son las siguientes:
¿Cuál es el resultado planeado o propuesto?
Siempre hay que volver al verdadero norte, a lo que se había comprometido para alinear al equipo en la fase de revisión y aprendizaje.
¿Cuál es el resultado obtenido?
En esta pregunta es importante mantenerse apegado a los hechos, no a las interpretaciones. Si se va a señalar intervenciones no efectivas de algún miembro del equipo o equipos, se acompañarán de evidencia para que no queden en juicios de valor sino en hechos comprobables.
¿Cuál es la(s) diferencia(s) entre las dos preguntas anteriores?
Esta pregunta es importante porque podríamos estar llegando al resultado, pero no en el tiempo previsto o con más gasto de recursos. Por eso es importante observar las métricas asociadas al éxito de una operación.
¿Cuál es la razón de dichas diferencias?
Aquí vale la pena ubicar si las causas que generan diferencias son internas o externas. Es importante entender cuáles de estas causas son gestionables en escenarios similares para sumarlas a la planeación.
¿Qué haré diferente la próxima vez?
Se generan lecciones que se deberán documentarse y ponerse en marcha tan pronto sea posible.
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Imagen de Thomas Zbinden en Pixabay
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