¿Cómo podemos saber si estamos tomando la mejor decisión?
Me gusta la lección del emprendedor, autor y músico Derek Sivers.
En su libro Lo que tú quieras, el autor sugiere que ante una decisión a tomar o una invitación a considerar debes escucharte con atención. Si tu respuesta es un Si lleno de entusiasmo, entonces debes seguir esa alternativa sin duda.
En inglés traducen que deberías responder "Hell, yeah" para estar seguro que estás haciendo algo que disfrutarás y que estarás 100% comprometido con ello. Debería ser un si espontáneo, indudable, completamente seguro. Cualquier respuesta que sea menos de ese grado de convicción y energía debe marcarte una alerta.
Podría ser que tu mente está valorando no solo el evento o la alternativa que se te presenta. Podría ser que tu mente está entendiendo las implicaciones de dicha decisión en término de costos. Y estos costos pueden ser tiempo, recursos e incluso la posibilidad de no atender algo más importante (el costo de oportunidad). Es lo que John Zeratsky, coautor de Sprint y Make Time le llama el Si del Iceberg. Entender todo lo que hay debajo de una decisión, pero que a corto plazo no se ve, puede ser muy estratégico.
Por eso hay que escucharnos más. Nuestro cerebro y nuestro corazón saben a qué cosas responder con un SI categórico, indudable y completamente entusiasta. A todo eso hay que abordarlo con el máximo compromiso sabiendo que será un gran uso de nuestro tiempo.
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