Todos necesitamos indicadores que nos digan que vamos en la dirección correcta. La visibilidad de estas señales es un alimento para reforzar nuestro compromiso y nuestro desempeño. Por eso se habla del principio del progreso. El entender como vamos ganando sobre una meta o proyecto refuerza nuestra confianza en su ejecución.
¿Cómo podemos hacer visible ese avance? Las formas más sencillas es cuando podemos subrayar una tarea completada en nuestra agenda. En virtual podemos llenar los cuadros de verificación en aplicaciones como Onenote o Google Keep. De esta forma al ver el archivo al final del día sabemos que hemos cumplido con nuestros planes. Podemos calificar la jornada como productiva.
En tareas más cotidianas también aplica el mismo principio. Un libro sin marcas de banderas o un separador avanzado indica que no se ha tenido avance. Entre más contenido hemos distinguido por medio de estos marcadores sabemos que estamos ganando respecto al número de hojas por cubrir. El ver la acumulación de ahorros en una cuenta bancaria o en un recipiente en casa para una meta específica genera el mismo efecto. Y cuando nos acostumbramos a progresar y lograr nuestras metas, nuestra mente quiere más y es mucho más sencillo comprometerse a proyectos más ambiciosos. Hemos ganado capacidad de ejecución y experiencia.
Así que, te invito a buscar siempre tus marcadores de progreso y tenerlos a la vista para ir reforzando tu motivación y tu confianza.
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