En Meditaciones, el emperador Marco Aurelio cita a Epicteto, otro gran exponente de esta corriente filosófica. Sus palabras son sencillas pero muy profundas:
"La voluntad no está expuesta a ladrones"
La voluntad es nuestro último poder; nuestra esencia que no puede ser arrebatada por nadie. El Dr. Víctor Frankl lo observó y vivió en persona en medio del holocausto en la Segunda Guerra Mundial. La voluntad va de la mano con nuestras motivaciones. Entre más profundo sea el vínculo con nuestro por qué; mayor será el empuje de nuestra voluntad.
Me encantó esta lección porque nos devuelve en todo momento al rol protagónico que debemos tener en nuestra vida. Debemos cuidar y alimentar nuestra voluntad con metas, con personas relevantes a quienes rendir cuentas de nuestros actos. De esta forma, en lugar de que la voluntad nos empuje y su fuerza pueda menguar, se volverá un tirón gravitacional que no podremos detener en el camino hacia nuestras metas.
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