Hace varios años, estando en la industria de viajes, participé en un seminario organizado por los parques de Walt Disney. Fue una gran experiencia de aprendizaje no solo en términos de producto sino también en filosofía de negocios y en estrategia. Sobre este último apartado, me quedé desde entonces con la que considero la mejor definición de competencia, porque te obliga a esforzarte más en todos los aspectos de tu negocio:
"Un competidor es cualquier lugar o empresa en la que un cliente opte por gastar un dólar, en vez de gastarlo con nosotros"
A una empresa que defina así a su competencia le preocupa cada paso de la vivencia de sus clientes. Disney busca ser clase mundial en una experiencia de 360 grados (parques, alojamiento, cruceros, restaurantes, etc). Con esa auto exigencia es natural observar como en lugares como California y Orlando crean un ecosistema en el que puedan controlar al máximo todos los detalles de un viaje inolvidable. Creo que vale la pena ver así a nuestra competencia si queremos constantemente aumentar nuestros estándares. Al hacerlo, estaremos ganando distancia respecto a nuestros competidores actuales y potenciales creando una empresa más sustentable en el tiempo y una marca que aspire a ser la preferida.
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Imagen de Markus Distelrath en Pixabay
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