La hotelería requiere el máximo sentido de conexión con las necesidades de los clientes.
Requiere no solamente escucha activa sino un sentido de anticipación basado en experiencias previas. De esa manera, el experto en hotelería puede combinar el detectar lo que el cliente busca con ir modelando caminos hacia la solución ideal. Y en esa dinámica, el hotelero podrá ir proponiendo ideas que al mismo tiempo abran una mayor claridad con el cliente.
No debemos olvidar que la empatía también implica paciencia y perseverancia. El hotelero será flexible para entender cuando una cita requiere más seguimiento o el apoyo de otras áreas para asegurar una mejor experiencia. Un hotelero dará espacio al cliente para expresarse de manera completa. De esa forma no solo mostrará empatía sino que lo conocerá mejor en sus emociones, y eso le permitirá conectar mejor con él o ella.
Y obviamente, el hotelero como experto en servicios se asegurará de todos los detalles de cara a generar una experiencia memorable. El hotelero sabe que una experiencia inolvidable no solamente hará un gran evento para su cliente. Le generará un recuerdo imborrable que hará más sólida la relación y posicionará a la marca de manera positiva. Y en ese compromiso con la excelencia, estará generando potencialmente recompras y recomendaciones, algo que cualquier empresa debe buscar.
Por estas razones, la empatía, las emociones y la excelencia conviven en un sistema de movimiento permanente en la hotelería para hacerlo un negocio fundamental y un modelo para otras empresas.
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Imagen de Engin Akyurt en Pixabay
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