En cada interacción con el cliente nuestro producto y su calidad es solo una parte de nuestro logro proyectado.
La forma de entregar el producto importa tal vez más que el producto o servicio mismo.
La forma de entregar el producto habla de nuestros valores.
La forma de entregar el producto habla de nuestra vocación para servir.
Entre más cuidamos la forma de entregar el producto, somos más memorables con nuestros clientes. Y entre más los hagamos sentir especiales, tendremos clientes que potencialmente volverán e igualmente nos recomendarán.
Por eso, aquel dicho de que la forma es el fondo es muy importante. La forma enmarcada en el servicio refuerza un producto ganador o igualmente lo puede reducir.
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Imagen de Ольга Бережна en Pixabay
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