Uno de los principios claves de la ingeniería y sobre todo del control de calidad es llevar registro de nuestras actividades. En diferentes foros o clases hemos escuchado muchas veces la frase "Lo que no se mide, no se controla, y por lo tanto no se mejora".
Es una lección que podemos aplicar disciplinadamente en la empresa, pero podemos dejar de lado fácilmente en nuestra vida. Y en esa omisión perdemos grandes oportunidades.
Medir nos permite no solamente saber cómo se acumula nuestro progreso. También nos permite entender en qué fechas o eventos alcanzamos nuestro pico de desempeño. Medir nos permite entendernos mejor para seguir evolucionando.
Por eso es tan valioso en la ciencia de los hábitos tener esta costumbre. Llevar un registro de nuestra rutina de ejercicio o de comida nos ayuda a detectar palancas para acelerarnos o frenos que debemos eliminar. Hoy es más fácil que nunca medir por medio de dispositivos. Y en caso que lo prefiramos, podemos llevar un registro físico en papel. Después de unos días o semanas de registro detectaremos los primeros patrones. Desde ahí podremos comenzar cambios valiosos y sostenibles.
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