Así como los atletas de alto rendimiento tienen una rutina antes de entrar en competencia, igualmente debemos tener nuestro protocolo de inicio y de cierre de día.
Puede tratarse de un solo acto que nos brinde control como repasar nuestras tareas o todo un conjunto de acciones que nos activen. La palabra clave que va de la mano con rituales es SISTEMAS. En la medida que somos consistentes y mantenemos estas conductas, vamos generando memoria cerebral y muscular.
Cuando esos protocolos suman acciones como el ejercicio, la meditación, la escritura, entre otros, es una forma muy poderosa de predisponer nuestra mente y nuestra alma para un buen día. Ryan Holiday cita frecuentemente que "Empezar bien es la mitad de una buena conclusión". Por eso se habla de aprovechar la mañana, de ser intencionales con nuestro tiempo.
Tener rituales en lo físico y espiritual es la forma de decirnos que respetamos nuestras prioridades y que estamos en control de ellas. Es nuestra primera promesa del día por cumplir. Si iniciamos el día en el momento y en la forma que nos hemos comprometido, estaremos reforzando nuestra identidad y nuestra confianza.
Una de las mejores formas de iniciar el día que conozco es el concepto de la mañana milagrosa de Hal Elrod (https://miraclemorning.com/). En el libro del mismo nombre, el autor nos propone un acrónimo para dedicar nuestros primeros minutos a acciones que nos construyan:
SAVERS - Silence, Affirmations, Visualization, Exercise, Reading & Scribing (Silencio, Afirmaciones, Visualización, Ejercicio, Lectura, Escritura)
Con estas reglas podemos empezar nuestra jornada desde la paz de un momento de tranquilidad por medio de la respiración o la oración. Las afirmaciones y visualizaciones influyen en nuestro ánimo para avanzar en nuestras metas. Y el movimiento es un liberador de endorfinas que también tonifica nuestra sangre. Y los últimos elementos del modelo SAVERS son alimento para la mente. La lectura despierta a nuestras neuronas y las ejercita mientras que la escritura en un diario nos permite conocernos mejor o fijar ideas clave.
La otra opción que puede combinarse con esta propuesta es el modelo 20/20/20 de Robin Sharma, expuesto en su libro El Club de las 5 de la mañana. El autor propone dedicar 20 minutos a ejercicio físico, 20 minutos a aprender por medio de la lectura o medios digitales y 20 minutos a planear y visualizar el día.
Ya sean estas opciones o cualquier otro esquema, el tener un inicio intencional y estructurado del día nos da un impulso clave para liderarnos de forma más efectiva.
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