En la última graduación compartí con nuestros graduados un mensaje de graduación pensando en prácticas diarias para su crecimiento.
Les hablé de 3 reglas que idealmente deberían ser hábitos para impulsar su desempeño en su próxima etapa de carrera:
1a. Cuidar sus creencias
Siempre estén vigilando su mente y eligiendo de manera consciente lo que quieren creer.
Soy un convencido de la idea del emperador Marco Aurelio: "La realidad toma el color de nuestros pensamientos". No estoy diciendo que neguemos hechos como fallos en nuestros planes o dificultades externas. Sin embargo, los eventos son neutrales. Lo que para una persona puede ser una calamidad para otros puede ser una oportunidad.
De la misma forma, nuestras creencias impulsarán o frenarán nuestras acciones porque confiemos o no en nuestras capacidades. Buena parte del éxito; no la totalidad, está basada en nuestra perspectiva y diálogo interno. E incluso lo inesperado e indeseable es más fácil de manejar con la mentalidad adecuada.
2a. Disciplina diaria
El éxito sin duda se impulsa por condiciones de arranque en conocimiento y capacidades.
Pero también es real que el conocimiento y capacidades sin la ejecución y el compromiso adecuado no llegarán muy lejos.
Detrás del compromiso y la ejecución está la disciplina. Está la voluntad de hacer lo que se tiene que hacer aunque no tengamos la motivación para ello. Esa es la voluntad que se apoya en el propósito y el sentido del deber con otros para hacer lo ordinario de manera extraordinaria, o para dar esa milla extra que sacará ventaja a quienes tenían mejores condiciones para llegar al resultado.
3a. Elevar sus estándares
El éxito es solo un momento, el cumplimiento de un indicador.
El éxito para ser sustentable tiene que reinventarse constantemente.
Para ello, debemos fijarnos reglas que nos obliguen a crecer, a expandir nuestras capacidades.
Si puedo trabajar enfocado por 20 minutos; en 1 semana debo exigirme llegar a 25 o 30 minutos. Y en un mes debería exigirme tal vez 60 minutos.
Así podemos hacer con nuestros hábitos de salud, productividad y calidad de nuestro trabajo. A nuestra mejor versión le gustan los retos. De esa manera descubrimos que podemos trascender y alimentamos el hambre de crecer permanentemente.
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Imagen de Ghasoub Alaeddin en Pixabay
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