Hoy quiero recordar a otro de mis autores favoritos de liderazgo: John Maxwell.
Este autor de decenas de obras sobre el tema habla en al menos tres libros de 5 niveles del liderazgo.
Usando la metáfora de una escalera, o una pirámide que podemos escalar, explica como nuestro liderazgo debe evolucionar para generar más impacto. Igualmente, la evolución de nuestro liderazgo significará que la gente nos sirve por convencimiento y no por compromiso, o designación, lo que será más sostenible en el tiempo.
Me parece una reflexión muy importante para todos los días.
En una situación de crisis o ante un colaborador nuevo que requiere dirección ejerceremos un liderazgo de posición. Señalaremos el rumbo y explicaremos el racional de las decisiones porque es nuestra responsabilidad nominal dentro de la empresa. Para líder y miembros del equipo es muy fácil entender este contexto. Pero en ningún sentido podemos aspirar a que este siempre sea nuestro vehículo para liderar. La gente que nos sigue por instrucciones lo hará solamente a largo plazo.
El mejor liderazgo evoluciona de la posición a la relación, ya que ahí se empiezan a formar conexiones basadas en la confianza y la coherencia. Y ese es el primer paso para que haya pensamiento y voluntades alineados hacia una meta. Si las relaciones generan alineación, podemos aspirar al siguiente escalón que será liderar con base a resultados. El comandar a nuestro equipo y dejarlos lucir en la implementación para lograr metas empezará a construir nuevos liderazgos. Generaremos confianza en ellos mismos al tiempo que podremos generar colaboración entre los miembros o entre áreas. En esta etapa, nace la sinergia que va empoderando a los equipos para funcionar de manera óptima y progresiva incluso sin presencia del líder.
Las personas que reciben ese desarrollo de sus líderes, empezarán a seguirlos por lo que Maxwell llama reproducción. Es un liderazgo que recibe no solo la voluntad, sino el deseo de crecer con base al ejemplo que estamos dando. Aquí se hacen más visibles las posibles cartas de reemplazo que puedan acelerar el crecimiento del líder y la sostenibilidad del equipo de trabajo. Y si seguimos invirtiendo en la gente, veremos que nos consideran un referente del desempeño y valores de la empresa. Ahí estaremos alcanzando el máximo nivel que es el liderazgo por respeto.
Considero que la lección de Maxwell es muy pertinente porque en cada interacción con nuestro equipo, con clientes o cualquier grupo de interés, podemos preguntarnos el nivel de liderazgo que estamos ejerciendo, y cuál deberíamos de tener. De esta forma podemos preparar nuestros conocimientos y capacidades para siempre promover nuestra evolución. Así qué, evaluemos en qué nivel estamos cerrando el día y como nos proyectaremos a mejores alturas el día de mañana. Y así, como dice Craig Groeschel, todo será un ganar-ganar pues los equipos y organizaciones crecen, cuando el líder crece.
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