El éxito se puede definir en función del ser, del hacer o del tener.
Las definiciones más potentes porque nos servirán como guía sin duda parten del ser o del hacer.
El tener como medida de éxito es relevante pero como el término implica, puede tener diferentes orígenes, y no todos estar asociados con cosas en tu control.
En cambio, el ser y el hacer en gran medida están bajo nuestra responsabilidad y capacidad para controlarlos. De hecho, la una de las definiciones de responsabilidad que más me gusta viene de Fred Kofman, experto en gestión y autor de varios libros. Él habla de este término como respons-abilidad o habilidad para responder, habilidad para hacer frente a las circunstancias de manera consciente. Para mí esto es una condición clave del éxito.
Por eso, entre lo que he podido disfrutar estudiando de liderazgo de diferentes autores y mi experiencia, me gusta mucho trabajar con esta definición de éxito:
Un día exitoso es aquel en el que creciste en la maestría de tus hábitos, en tu capacidad de ejecución para lograr tus objetivos y en tu impacto positivo hacia los demás siendo fiel a los valores que definen tu identidad.
Detrás de estas palabras se conectan conceptos como tener un sistema coherente y tener el compromiso de monitorear y ajustar nuestras acciones de manera proactiva. Creo que si se trabaja en estos fundamentos que conectan con nuestro propósito, el ser y el hacer estarán en su óptimo desempeño y eso nos llevará al tener.
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Imagen de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay
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