Podemos ver la realidad siempre de dos maneras:
Podemos verla como una bendición. En ella, todo es un regalo. Todo suma para mejorarte, incluidas las pruebas; pues al final el obstáculo es el camino, como señaló Ryan Holiday en su libro del mismo nombre.
O podemos verla como una maldición. Podemos pensar que todo lo que nos pasa va en contra de nuestros sueños y que no encontraremos el camino. El problema es que nuestra mente se deja llevar por sus percepciones. El ver con una luz negativa un reto no hace más que magnificarlo o al mismo tiempo ponernos peso adicional que mina nuestra disposición a superarlo.
Si queremos cambiar nuestra percepción, podemos cambiar quejas por afirmaciones o soluciones. Podemos poner a nuestra mente a observar las posibilidades y caminos alternos para que nuestra creatividad despierte. Y en ese impulso, nuevas conexiones y un ánimo conectado con las oportunidades nos pueden revelar el mejor camino.
Por eso hay que ser guardianes celosos de nuestras percepciones, para que sean nuestras aliadas ante los momentos de mayor prueba. De esta manera saldremos avantes y fortalecidos.
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Imagen de Matheus Cuba en Pixabay
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