Activo o pasivo… más allá de las finanzas

En las clases de negocios en la carrera aprendes muy temprano dos conceptos clave de la contabilidad financiera: Activos y Pasivos.

De manera muy resumida los activos son el patrimonio de la empresa. Y este patrimonio puede venir de dos orígenes: Puede ser aportado por los socios como capital o bien puede accederse a él por medio de deuda a corto o largo plazo. Este último concepto se refiere a los pasivos. Una derivación de estos conceptos es la que dice que los activos son los recursos que te generan ingresos y los pasivos aquellos que te absorben recursos. Estas definiciones se pueden trasladar con cierta lógica a nuestra marca personal y a nuestro desarrollo de habilidades.

Nuestros activos son aquellos conocimientos y capacidades que nos distinguen. Son recursos que nos permiten resolver problemas y que entre más singulares son, más valiosos se vuelven en beneficio de nuestras carreras. Nuestros estudios y nuestras experiencias son activos más valiosos en muchos sentidos respecto a artículos físicos. Y nuestros pasivos podríamos verlos en cierto modo como nuestras debilidades, como los frenos hacia nuestra mejor versión.

¿Por qué repaso todas estas definiciones en torno a estos conceptos? Quiero hacernos conscientes de que estas palabras también pueden representar incluso nuestra identidad según lo que elijamos para nuestra vida diaria. Si sumamos al patrimonio tangible e intangible de mi familia o mi equipo, soy un activo. ¿Soy un generador de energía y posibilidades? ¿Soy un recurso flexible y abierto a consultas y colaboraciones? Entonces soy un activo muy valioso y además con características multiplicadoras.

¿Soy el abogado de lo negativo que ve defectos antes que progresos? ¿Soy la persona que busca como evitar riesgos para mantenerse cómodo? Nuestra postura y nuestros hábitos pueden volverse una carga para quienes nos rodean. Y si no estamos sumando, es probable que estemos restando. En muchos sentidos elegimos ser una fuerza o un lastre. Por eso es importante entender y ser conscientes de las implicaciones de nuestros activos y nuestros pasivos.

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